Piloto de caza Medalla de Oro de la Provincia 2017
Rocío González Torres (Huévar del Aljarafe, Sevilla, 28 de noviembre de 1983) es capitán del Ejército del Aire y, desde 2008, forma parte de los dieciocho pilotos de caza del Ala 12 de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz.
La única mujer. En toda España sólo hay cuatro, pero ella es la primera mujer en obtener el parche que acredita haber superado las mil horas de vuelo a bordo de un F-18.
Proviene de una familia sin tradición militar, pero que la apoyó plenamente cuando, desde pequeña, con trece años, tuvo claro que quería entrar en el Ejército y que le atraía el Aire. Una carrera, en la que ha sido número 1 de su promoción del curso de caza y ataque, el más duro, y la primera en el vuelo de cuarto curso.
Una profesión vocacional, que cuadra con su forma de ser: deportiva, arriesgada, aventurera, seria y disciplinada. El apoyo familiar más estrecho ha sido el de su madre, que ella ha reconocido haciendo que el apellido materno apareciera en su casco: quiso ser y es ‘la capitán Torres’.
Acumular más de un millar de horas de vuelo en un caza es reseñable para cualquier piloto. Para ella, que es la primera mujer en conseguirlo en la historia de la aviación de combate española, es un hito histórico. Misiones reales ha tenido una de defensa aérea en Libia, en 2001. Le quedan un par de años en activo volando, luego ascenderá a comandante y abordará a tareas de gestión.
La Diputación de Sevilla le entregó la Medalla de Oro de la Provincia por una trayectoria profesional brillante, en la que destaca el tesón por romper el techo de cristal al que se enfrentan tantas veces las mujeres.
Precisamente, preguntada por la razón de que haya tan pocas mujeres pilotos y el papel que tiene su logro en la divulgación de su profesión a las nuevas generaciones, Rocío no duda en señalar que se debe, en cierta medida, a «un tema de educación». Por eso dedica parte de su tiempo a dar charlas y conferencias en colegios, pues considera bastante importante tener «un referente» en cualquier sector profesional «para que la gente vea que se pueden hacer las cosas». Su reflexión es muy didáctica: «No os pongáis barreras, ni dejéis que os las ponga nadie».
De esta forma, Rocío quiere transmitir un mensaje claro a la juventud: desterrar pensamientos como «no hago esto porque no voy a poder»; «no hago esto porque es muy de chicos… Si te gusta, ¿Qué más te da? Yo creo que es importante que se vea que la mujer está presente en este ámbito como lo está en cualquiera. Y que si quieres puedes hacerlo sin ningún tipo de problema».